Empiezo sin un plan y vuelvo a lo primordial.

¡Hola a todo el mundo!
Siguiendo con la temática de este blog que precisamente es que no tiene temática, hoy directamente empiezo a escribir sin un plan. Lo que salga, salió.
Podría abrir muchos melones, la verdad, ya sólo siendo un poco observador de la realidad que nos rodea, bien a nivel cercano epidérmico o más a nivel alejado Antípodas. Sólo dando un paseo con mi perra para que eche una meadilla rápida y ya hay un montón de cosas sobre las que podría divagar. 
Esto me lleva a que vivimos un tiempo en el que tenemos demasiados puntos de atención. La vida de hoy (expresión que utilizaba mucho mi abuela) no pasa por ser un paseo por el parque tranquilo o una balsa de aceite. Muchas veces deseo con todas mis fuerzas que todo fuese, ya no más fácil, pero sí infinitamente más sencillo. De hecho mi plan a medio/largo plazo es irme a vivir a un pueblo de esos que llaman la España vaciada, etiqueta que no me gusta nada. Es como que a los pueblos no se les puede llamar pueblos. Si nos ponemos así, habría que llamar a lo que no sea esa España, la España rellenada o alocada o sobrecontaminada o ruidosa o muchas más cosas que se me ocurren pero será mejor que no escriba, por lo de ser políticamente correcto.
Efectivamente, mi objetivo es irme a vivir a un pueblo, con sus pros y sus contras que sé que hay y asumo. Lo que tengo absolutamente claro es que esta vida actual que, además de todo, me parece que está ultra acelerada, no me gusta. Yo ya decidí bajarme un poco de ese tren y si bien no he desconectado al 100% porque creo que es muy difícil, sí es verdad que mi porcentaje de conexión o implicación a "la vida de hoy", ha descendido muchísimo.
Parece que todo tiene que ser de usar y tirar, pero ya no los objetos sino también las sensaciones, los sentimientos y hasta los ídolos o las personas. Obsolescencia programada también para lo intangible, tócate las narices.
No digo yo de volver a desplazarnos en carretas tiradas por viejos percherones, vestir con harapos o llevar una vida más propia de los amish o cosas así. Ni mucho menos. Soy consciente de que hay una cosa llamada internet, los teléfonos tienen ese internet metido dentro y muchos adelantos más, por supuesto. Ni siquiera soy de esos que abogan por una desconexión total de las redes sociales a las que achaco bastante este problema del sobre aceleramiento de la realidad y la sobre exposición, muy negativa bajo mi punto de vista. No soy un miembro del clan de los Picapiedra. Sin ir más lejos, me parece que todo este mundo tecnológico y de las redes sociales te permiten muchas cosas como buscar uno mismo la información y no ser un simple borrego que deglute cualquier cosa que un medio de comunicación decide ofrecerte para que lea la masa. Por ejemplo, eso de seleccionar uno mismo la información que decide absorber es algo, y permitidme esto, cojonudo.
Pero sí creo que la mayor parte del uso que se da a todo esto no es correcto. Y mira que me fastidia utilizar algo tan absoluto como "la mayor parte", pero dejémoslo en que es la sensación que tengo. Vuelvo a repetir en esta entrada que no pretendo tener razón, ni ser perfecto, ni escribiros desde una atalaya moral superior ni nada parecido. Imaginad que estoy a vuestra misma altura y que puedo estar igual de equivocado y acertado que cada uno de vosotros.
Intentando retomar el control de lo que estoy escribiendo porque empiezo a teclear y me descontrolo, a mi parecer que todo va muy rápido y eso no me gusta. Imagino toda la situación como que me siento en una cafetería en la que te ofrecen la posibilidad de deleitarte con una infinidad de dulces deliciosos. Pensad en vuestros favoritos. Os acercan el primero y mientras das el primer bocado y comienzas a disfrutar, se acerca el pastelero con otro pastelito delicioso y ya te lo está metiendo en la boca. Cierras los ojos, te parece todo raro pero es dulce y te gusta, así que empiezas a deleitarte con el segundo pastelito, pero llega otra vez el pastelero (o pastelera, ojo, no se me vaya a ofender nadie) y te trae un tercer delicioso pastelito y te apremia a que tragues y comas el que te esta ofreciendo y en esta ocasión ya te dice que en nada te trae otro y otro más. Pues acabas un poco hasta los mismísimos. 
En esas me encuentro yo desde hace un tiempo. Hasta los mismísimos. Me gustaría pensar que no soy el único que tiene este sentimiento de hartazgo, la verdad, porque no soy una persona precisamente asocial. Me gusta charlar con la gente, conocer personas nuevas, me enriquece mucho la sociedad, no os vayáis a pensar. No me gustaría que os quedaseis con que soy alguien que odia a las personas y punto. No es ese el tema. Sencillamente creo que el sistema en el que nos movemos a día de hoy me empuja a querer estar más tiempo cuidando de mi huerto, haciendo el tonto con mi perra, disfrutando del tiempo con mi mujer o andando en bicicleta, que formar parte del rebaño social.
Por eso quiero vivir en un pueblo, porque va todo más despacio, se disfruta más tiempo de los pastelitos que te ofrece la vida, los tragos amargos creo que son los mismos que en cualquier otro sitio pero al menos has disfrutado más de los tragos agradables. No sé, esa es la idea que tengo. La cosa es cómo establecer una hoja de ruta hasta llegar a ese objetivo.
Sin ir más lejos, quiero aprender a hacer cosas que me permitan ser más autónomo, porque está muy guay hacer unas tablas de Excel cojonudas, oiga, pero en medio de un pueblo no te va a servir sólo con eso. Igual esa tabla de Excel la puedes hacer para controlar los kilos de tomates que has producido esta temporada con respecto al año anterior, pero tienes que saber cultivar tomates, por ejemplo. Por eso, mi huerto, que podría llamarse experimental, me está dando unos conocimientos a pequeña escala que me están viniendo genial. Otro plan es hacer un curso de carpintería o cosas así. Sería volver un poco a lo primordial sin olvidar lo actual, para ser feliz en el futuro más inmediato.
Y creo que para no tener inicialmente una idea acerca de qué escribir ya os he enseñado bastantes telares de este refugio mío. ¡Hasta la próxima, que es la más segura!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Conceptos que parecen linces.

Sirva esto como presentación.

La historia de Pichí.