Mi huerto. Fuente inagotable de muchas cosas.

¡Hola a todo el mundo!

Pues tengo un huerto. Así es, amigos. Y lo que empezó por ser una parte de mi casa en la que hacer un poco, no voy a decir el tonto porque yo cuando me pongo, me pongo, pero sí es verdad que la idea inicial no dejaba de ser un pequeño entretenimiento como quien tiene una maceta, pero en grande.

La verdad es que me ha sorprendido este mundillo del huerto. Es enormemente enriquecedor más allá de si eres capaz de conseguir comer muchos productos deliciosos. La cantidad de información que he buscado en libros, blogs, vídeos y demás fuentes de información ha sido increíble. No sé los kilos de comida que voy a llegar a conseguir cosechar para que comamos en casa, pero la cantidad de aprendizaje que he obtenido, eso ya me ha valido la pena.

Mi idea ha sido siempre crear un entorno hortícola respetuoso con el medio ambiente. El tan manido término "ecológico" pero por encima de etiquetas, es que si no respetas aquello que te va a ayudar a conseguir comida, ¿qué sentido tiene nada de lo demás? Me imagino que si un pintor de cuadros tratase mal el propio lienzo sobre el que va a plasmar su arte, el punto de partida ya es malo, ¿no? Pues esa es un poco la idea con la que yo enfoco el tema del huerto. Llamadle ecológico o, simplemente, lógico.

Me he introducido gracias a todo esto en el mundo de la permacultura, que va más allá del tema de las verduras y las frutas. Es una especie de concepción del mundo. Una suerte de economía circular de todo, ya sean fuentes energéticas, conocimientos, semillas o lo que sea. Esto es resumido de manera muy burda, pero os dejo un enlace para que le echéis un ojo al tema. Es realmente interesante, ya veréis. (información acerca de la permacultura) Os mando a la wikipedia, con esto os digo que tengáis cuidado que ya sabéis que a veces este medio hay que cogerlo con pinzas, pero para entender un poco la idea, sirve.

Existen ingentes cantidades de libros que abordan este asunto, pero es que además de todo, hay un montón de personas que viven según estos principios y, si bien muchas de estas buenas gentes hacen cosas buscando lo más extremo y eso no me gusta del todo, te abren los ojos a otras posibles realidades no tan apartadas de la realidad. Recordad que yo no me creo una persona perfecta, ni ejemplo de ninguna maldita cosa. Soy normal, normal, normal, normal. Sí es verdad que soy muy curiosos y me gusta investigar.

Os mostraré algún telar dentro de mi refugio. Por ejemplo, una de mis últimas comeduras de cabeza con esto del huerto ha sido la combinación de cultivos. Por cierto, no penséis que tengo un huerto de cien metros cuadrados. Para nada, amigos y amigas. Serán, así a ojo, como cinco o seis. De hecho, esto que os cuento de la combinación de cultivos me surgió por mi acuciante falta de espacio. Mi idea inicial cuando empecé con esto de la huerta era lo típico. Este cacho, para lechugas, este otro para tomates, este otro para calabacines y se acabó el espacio. Los marcos de plantación, ya sabéis...como os digo, esto es un mundo.

Pues resulta que empecé con la idea de combinar diferentes tipos de plantas, a ver qué tal se me da el tema. Por ejemplo, entre los tomates, meto unas cuantas lechugas, que así no compiten por los nutrientes y las plantas de los tomates dan algo de sombra a las delicadas lechugas. O meto por todos lados cebollas, que ahuyentan cierto tipo de plagas. También le viene bien al suelo plantar leguminosas porque estas plantas aportan nitrógeno al terreno y se les considera abono verde. Insisto en que el tema da para hablar largo y tendido al respecto ¡Si es que estoy compostando y todo, maldita sea!

Lo que quería compartir con vosotros es que es increíble cómo una actividad que inicialmente me parecía un entretenimiento circunscrito a mancharme las manos, plantar cuatro plantas y, con suerte, comer algo de todo ese trabajo, se ha convertido en algo objeto de estudio, que me ha hecho aprender un montón, me ha hecho leer ciertos libros, ver determinados vídeos y, en general, enriquecerme enormemente.

Este tema hortícola me lleva a pensar en temas como de qué manera nos podríamos convertir en más autosuficientes. Si no lo veo posible al 100% sí que veo que es posible alcanzar determinado nivel de autosubsistencia, fuera un poco del sistema en el que poco a poco nos han ido introduciendo o nos hemos dejado introducir. Yo ahora lo pienso de la siguiente manera. La lechuga que saco del huerto para comer, es esa que ya no tengo que comprar y puede conseguir otra persona. 

También pienso en que según está el tema social a nivel mundial, es muy complicado intentar que la mayoría de las personas se comporten de una determinada manera considerada acertada por la gran mayoría. Me refiero a cosas como, por ejemplo, reciclar. Creo que es un consenso a nivel mundial que desperdiciar plásticos es de locos y muy nocivo para el planeta. Pues creo que comerse la cabeza con que fulanito o fulanita no reciclan es una pérdida de tiempo, tiempo que podría estar utilizando en otra cosa, como hacer un crucigrama o rascarme las narices en casa. ¡Veis! Economía circular. Permacultura.

Creo que lo mejor que podemos hacer para que nuestro mundo sea mejor, es intentar hacerlo lo mejor que podamos cada uno de nosotros. Si intentamos ir de predicadores lo más probable es que nos frustremos, nos decepcionemos y tengamos un estado de ánimo de mierda, la verdad. Así que mi filosofía, en este refugio lleno de telares, es que yo hago mis cosas como a mí me parecen bien y como entiendo que mejorarán, principalmente a mí como persona y, por extensión, a los demás en general. Esa es mi filosofía porque si intento ir más allá, la conclusión es que somos un rebaño y, no sé si llegaremos a tener inmunidad, pero lo de ser borregos se nos da de muerte.

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